miércoles, 19 de septiembre de 2007

Causas de la Guerra


A mediados del siglo XVI, la frágil Paz de Habsburgo, un acuerdo firmado por Carlos I de España y los príncipes luteranos en 1555, había confirmado el resultado de la primera Dieta de Espira y en realidad había hecho acrecentar con el tiempo los odios entre católicos y luteranos. En dicha paz se había establecido que:
Los príncipes alemanes (alrededor de 360 de ellos), podían elegir la religión (luteranismo o catolicismo) en sus reinos de acuerdo con su conciencia. Era el principio de cuius regio eius religio.
Los luteranos que viviesen en un estado eclesiástico (bajo el control de un obispo), podían continuar siendo luteranos.
Los luteranos podían mantener el territorio que habían capturado a la Iglesia Católica desde la Paz de Passau (1552).
Los líderes eclesiásticos de la Iglesia Católica (obispos), que se convirtiesen al luteranismo tenían que entregar su diócesis.
En los inicios del siglo XVI se incrementaron las tensiones entre las naciones de Europa. España estaba interesada en los principados alemanes, debido a que Felipe II de España era un Habsburgo y tenía territorios alrededor de la frontera oeste de los estados alemanes (Flandes, el Franco Condado). Francia también estaba interesada en los estados alemanes porque deseaba sofocar el creciente poder de los Habsburgo que rodeaban su frontera este. Suecia y Dinamarca estaban interesadas en los estados germánicos del norte que rodeaban al Mar Báltico, por razones económicas.
Durante la segunda mitad del siglo XVI las tensiones religiosas también se habían hecho más intensas. La paz de Habsburgo tuvo sus consecuencias a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, ya que los obispos se negaban a abandonar sus obispados. De hecho, los términos del tratado de Habsburgo fueron utilizados para un resurgimiento del poder católico. Las tensiones y resentimientos entre católicos y protestantes no habían hecho sino crecer desde el tratado, y en muchos lugares de Alemania se destruían iglesias protestantes y había limitaciones y obstáculos al culto protestante.
Los Habsburgo estaban principalmente interesados en extender su poder, así que estaban a veces dispuestos a transigir y permitir el protestantismo. A la larga esto hizo mayores aún las tensiones. Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico y su sucesor, Matías, no practicaban una política catolicista agresiva, ya que estaban más interesados en incrementar el poder y las posesiones de los Habsburgo.

Por: Franco Mazza, Federico Morini, Santiago Ramirez Tacgorian, Federico Belén, Nicolás Ramirez

1 comentario:

Anónimo dijo...

es paz de augsburgo