miércoles, 19 de septiembre de 2007

Consequencias de la Guerra




Fin de la Hansa al ser incapaz de adoptar una política común frente al conflicto entre Dinamarca, el Imperio, Suecia y Polonia. Despoblamiento y destrucción en los países directamente afectados por la guerra, sobre todo Alemania, la gran víctima. Las ciudades alemanas pierden casi 1/3 de la población y los campos, casi el 40 %. Sin embargo, no todos los Estados alemanes son afectados por igual.

También influyen las hambrunas y epidemias, pero son consecuencias directas del conflicto. Aumento de la mortalidad, descenso de los matrimonios y la natalidad, emigración masiva de individuos que huyen ante los ejércitos o son expulsados por motivos religiosos. Destrucción sobre todo en los campos. Las ciudades no asaltadas se han librado gracias a sus murallas. Pueblos enteros quedan abandonados. Las tierras se convierten en baldíos; el monte y los bosques ganan terreno; los lobos circulan en manadas por los campos devastados y desiertos. Profunda conmoción moral de la población alemana: atrocidades, exceso de sufrimientos, diario espectáculo de la muerte. Hay una profunda transformación de valores ante los horrores sufridos; se produce una ola de inmoralidad y de brujería, de desmoronamiento espiritual, manifestado en el arte. La Casa de Austria ya no representa una amenaza para la paz de Europa; su división en 2 ramas está asegurada.

Los Habsburgo de Viena se ven obligados a aceptar el debilitamiento de la institución imperial y la casi independencia de los príncipes del Imperio, aunque su posición está reforzada en Bohemia, cuyo estatuto de reino germanizado y hereditario no se revisa tras la Paz de Westfalia. Poco a poco se irá convirtiendo en un gran Estado extendiéndose hacia el Este a expensas de los turcos.

España sale debilitada militar y económicamente. Ha perdido los Países Bajos del Norte, Artois y Rosellon y, pronto, Portugal. Ya no es una potencia de primer orden. Las provincias Unidas salen reforzadas e independientes. Inglaterra sale de su aislamiento. Suecia domina el Báltico. La vocación marítima de las 3 anteriores las convierte en competidoras. Francia adquiere Artois, Alsacia y Rosellon y cuenta con aliados en casi todos los países de europeos. Luis XIV es el árbitro del continente. Comienza la preponderancia francesa en Europa.

Por: Franco Mazza, Federico Morini, Santiago Ramirez Tacgorian, Federico Belén, Nicolás Ramirez

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